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Volver a Marx

13/05/2013
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Un amigo me dice que en la universidad donde da clase, suprimieron la carrera de Sociología, “porque creaba puros guerrilleros”. No me dijo el nombre de la institución. En todo caso, el mal no está en la cátedra, sino en el objeto de estudio, en la realidad que estudia la Sociología: la sociedad misma. Eso de puros guerrilleros es lo más, porque serán, en su mayoría, críticos del sistema.
 
A propósito, el 5 de mayo fue el 195 aniversario del nacimiento de Carlos Marx, en Tréveris, Alemania, autor de El Capital, uno de los textos más influyentes del siglo XX, pues tiene como subtítulo el de crítica de la economía política, es decir, del sistema económico capitalista, basado, en esencia, en la enajenación y explotación del trabajo.
 
Crisis tan recurrentes y cada vez más agudas, cimbran no sólo a la realidad misma, sino al edificio teórico e ideológico del sistema, que es incapaz de hallar una explicación racional y, sobre todo, de una salida duradera y justa a la crisis. Al contrario. Es por eso que Marx sigue siendo el referente, tanto para crítica y su solución, que es, en definitiva, fuera o más allá del capital.
 
Un ejemplo lo tenemos en la inflación o aumento constante de precios –menos el salario, que es el precio de la fuerza de trabajo—, que es un episodio de la lucha de clases contra el trabajo.
 
Mientras se reporta que México tiene el mayor nivel de inflación entre la treintena de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el presidente Enrique Peña Nieto, en la última sesión de la Consulta Ciudadana para el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, donde afirma que “las grandes políticas económicas deben en los bolsillos de las familias y en la calidad de los hogares de las familias”. Y no sólo en la Bolsa.
 
El mismo secretario de Hacienda reconoce que en los últimos 20 años, en que predominó el modelo neoliberal excluyente –vigente desde hace seis lustros—, hubo un crecimiento negativo de la productividad de 0.7 por ciento anual.
 
Después de tres décadas y cinco sexenios –el tiempo político en México se mide por sexenios—, los resultados son innegables. El modelo neoliberal ha sido implacable con la gran mayoría de la población (en Estados Unidos le pusieron número: 99 %).
 
¿Y cómo responde la nueva administración? Con un pacto político cupular, alejado de los intereses de sus bases, y no con un pacto social que las (nos) incluya. La realidad, con cabeza dura, es otra: tres de cada cinco empleos se generan en la economía formal (INEGI). Y las cosas no parecen mejorar: en el primer trimestre, se crearon casi 630 mil empleos, pero 410 mil 874, casi las dos terceras partes, fueron precarios: informales y sin seguridad social.
En Estados Unidos, la economía se mueve en una zona de incertidumbre. Al menos, en lo que hace al empleo, pues en todo caso se encuentra sumergida en una jobless recovery (recuperación sin empleo). Según The Hamilton Proyect (por el primer secretario del Tesoro, Alexander Hamilton), cada mes publica una brecha de empleo (entre los creados y los perdidos), y los que se necesitan. Su más reciente reporte muestra que no se recuperará el nivel empleo que se tenía antes de gran recesión de finales de 2007 hasta diciembre de 2016 (The Washington Post, 9-5-2013), es decir, hasta dentro de dos años y medio.
 
Esta situación afecta, naturalmente, a los trabajadores, incluyendo a los migrantes que van en pos de alguna ocupación…cualquiera. Pero, también afecta a economías como la de México, tan atada y dependiente de EU. De cualquier forma, incidirá en la discusión de la reforma migratoria.
 
En estos días, el movimiento español de los indignados cumple dos años, y en México cumple un año el #Yo Soy 132, que nos habla de una malestar global crítico frente a la crisis.
 
 
https://www.alainet.org/es/articulo/76035

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