Balance de las elecciones en EEUU

13/11/2020
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El resultado de las elecciones presidenciales y legislativas, hasta ahora (sabiendo que el conteo continúa en algunos estados y va a haber reconteo en por lo menos dos estados - Georgia y Wisconsin):

 

- Biden y Harris ganadores, pero con márgenes de victoria muy estrechos en algunos estados claves, como Arizona, Michigan, Pennsylvania, Georgia. Sin embargo, en el voto popular, Biden tiene una ventaja de más de 5 millones de votos por encima de lo que tiene Trump.

 

- Los demócratas tienen todavía la mayoría en la cámara de representantes, pero es una mayoría mucho más pequeña.

 

- No se sabe todavía si los demócratas van a obtener una mayoría en el Senado como se esperaba; hay que esperar dos elecciones senatoriales en Georgia que van a segunda vuelta en enero.

 

Primera observación: estos resultados no son los que se esperaban a partir de las encuestas pre-electorales que daban una margen de victoria mucho más importante para los demócratas, tanto para la elección presidencial como para las legislativas.

 

Segunda observación: Estas elecciones ponen en evidencia algunas de las grandes carencias del sistema electoral y del sistema político de EEUU: - No estoy hablando tanto del hecho que los resultados en algunos estados claves tardaron más de 4 dias. Eso es el resultado más que todo de una cantidad de votos por correo sin precedente, debido a la pandemia. En muchos estados, solo empezaron a contar los millones de votos por correo al final del día de la elección.

 

- Más grave que eso es el hecho que no existe una autoridad electoral centralizada - como en la mayoría de los países - que publica resultados oficiales. Por eso todavía no hay un ganador oficial, lo que permite a Trump y muchos de los líderes republicanos negar la victoria de Biden.

 

- Pero más grave aún es el hecho de que, aunque el candidato demócrata obtuvo una mayoría aplastante de votos, estuvo a punto de perder las elecciones porque casi no obtuvo suficiente votos de los “grandes electores” - lo que determina quién gana la elección presidencial. Cada estado tiene cierto número de “grandes electores,” según la población del estado, y en casi todos los estados es un sistema de “winner takes all” (el que gana toma todo): todos los votos de los grandes electores están llevados por el candidato que gana la mayoría de votos del estado. Es un sistema muy poco democrático. Permitió a Trump ganar la elección en 2016 a pesar de que Hillary Clinton tenía tres millones de votos más que Trump a nivel nacional.

 

- Debido a este sistema, las elecciones se convierten en un juego donde se trata no de ganar una mayoría de votos sino una mayoría de votos en algunos estados indecisos. Por eso los candidatos pasaron la mayoría de sus campanas en solamente 6-7 de los 50 estados del país.

 

Tercera observación: la población negra jugó un papel decisivo en estas elecciones, movilizándose de manera sin precedente en estados claves como Pensilvania, Michigan, Georgia. Esta gran movilización, sin la cual Biden y Harris no hubiesen ganado las elecciones, fue en parte el producto del movimiento de Black Lives Matter, en contra del racismo y a favor de la justicia social. Trump tomo posiciones muy agresivas en contra de las manifestaciones, y en vez de reconocer el problema del racismo en el sistema policial y judicial, defendió sistemáticamente a la policía. El voto masivo de los negros estadounidenses era más un voto castigo contra Trump, que un voto a favor de Biden, que fue, en los 90, un gran promotor de leyes “mano dura” que resultaron en el encarcelamiento de millones de Afro-americanos.

 

Se observaron características cercanas a las observadas en elecciones recientes en América latina, y particularmente en Brasil:

 

- campañas de mentiras - fake news - bien financiadas y llevadas a cabo más que todo a través de los medios sociales. En este caso una gran campaña para hacer creer que hubo fraude, que los demócratas robaron las elecciones. Es semejante a las acusaciones de fraude, sin fundamento, que circularon en las últimas elecciones en Bolivia, con la diferencia de que los grandes medios no promovieron la tesis de fraude en EEUU.

 

- Esta campaña solo ha tenido impacto en el campo republicano. Una nueva encuesta señala que mientras que 90% de los demócratas consideran que las elecciones fueron limpias, 70% de los republicanos consideran que no fueron justas y libres.

 

- No es una sorpresa: Trump sabía muy bien, desde tiempo, que iban a ser elecciones difíciles para él y empezó hace unos seis meses a decir que no se podía confiar en los votos por correo, sabiendo muy bien que - históricamente - los votos por correo siempre benefician más a los votantes demócratas. Por qué? Porque los trabajadores de bajo ingreso, que votan más para los demócratas, no pueden votar fácilmente el día de la elección, que cae siempre el martes - es decir un día de trabajo.

 

- Esta vez, debido a la pandemia, hubo mucho más votos por correo que en elecciones anteriores - más de ⅔ de los votantes votaron por correo. Y efectivamente la mayoría de estos votos favoreció a los demócratas. Trump sabía muy bien lo que hacía cuando decidió descalificar los votos por correo.

 

Que pasa ahora?

 

- Gran parte de la elite de EEUU está tratando de volver a la política normal/ tradicional del país. Es decir sin líder inestable e imprevisible como Trump, y manteniendo al margen de la escena política cualquier movimiento a favor de cambios estructurales. Joe Biden representa perfectamente el estatus quo ante: la normalidad política que existía antes de Trump. Por tanto Biden es el candidato de esta elite.

 

- A pesar de que el movimiento a favor de algunos cambios estructurales - a nivel del sistema de salud, a nivel del sistema policial/judicial, a nivel del sistema de impuestos, a nivel del poder de los trabajadores - estaba apoyado por una gran parte de los estadounidenses, sobre todo los más jóvenes (que en muchos casos se declaran a favor del socialismo), la elite, y sus soldados que lideran el partido demócrata, han desplegado grandes esfuerzos para mantener los líderes asociados a este movimiento - Bernie Sanders, AOC, y otros - al margen del proyecto de gobierno de Biden.

 

- Estamos viendo en este momento la conformación de grupos de transición, encargados de escoger las personas que van a dirigir los ministerios y agencias públicas del gobierno Biden, y muchos vienen de grandes sectores capitalistas - el sector tecnológico (Silicon Valley) está particularmente bien representado. Los nombres que más se escuchan para liderar los ministerios del futuro gobierno de Biden son casi todos de la política tradicional y del sector empresarial, sin vínculos con el movimiento progresista del partido demócrata.

 

- Eso es normal - es lo que siempre vemos: estos sectores tienen estrechos vínculos con el liderazgo demócrata, y ayudaron bastante a financiar la campaña de Biden…

 

- Aunque se formó una alianza entre Biden y Sanders a partir de junio, ahora el liderazgo demócrata está dando argumentos para justificar la exclusión del sector izquierdista del partido, en la composición del gabinete y formulación de políticas: - Lideres moderados del partido demócrata están responsabilizando a la izquierda del partido por el resultado mediocre de los demócratas: alegando que las propuestas progresistas que apoyan - e.g., de M4A (sistema público universal de salud), de acceso universal a educación superior, de reforma policial (BLM) genero rechazo a nivel nacional. En realidad, las encuestas muestran que estas propuestas gozan de mucho apoyo en la población. La izquierda del partido afirma que es más bien el centrismo y neoliberalismo de Biden y su campana que genero rechazo en la población e impidió una victoria más decisiva.

 

- Otra lección que el liderazgo demócrata está sacando de estas elecciones, tiene graves consecuencias para la política de EEUU hacia América Latina: Están preocupados con la pérdida del estado clave de Florida (29 grandes electores). Muchos consideran que Trump gano gracias al voto de la diáspora cubana y venezolana en este estado, que suele apoyar políticas intervencionistas agresivas hacia la izquierda latinoamericana. Los demócratas siempre han competido con los republicanos para el voto de estas comunidades, y ahora la lección que están sacando es que hay que ser aún más feroz en atacar los gobiernos de izquierda. Eso, combinado al hecho de que la política imperial de EEUU siempre ha sido opuesta a la izquierda latinoamericana, significa que hay poca esperanza de que la política de Biden hacia latinoamericana sea muy diferente de la de Trump.

 

Mientras tanto, Trump está lejos de estar muerto políticamente: lo vemos en el hecho de que la base sigue siendo muy movilizada - según las encuestas, 70% de los republicanos consideran que hubo fraude. Y el liderazgo republicano, a pesar de no querer a Trump - por el hecho de que no lo pueden controlar y que se opone a ciertos aspectos de la política neoliberal y a los tratados de libre comercio - están obligados a seguir apoyándolo para no perder su base.

 

Así que el programa racista, xenófoba, ultranacionalista y represivo de Trump sigue siendo el programa de los republicanos. Frente a eso, Biden y el liderazgo demócrata proponen el business as usual - la política tradicional imperial, neoliberal y anti-trabajador. Entre las dos opciones, es probable que una gran parte de la clase trabajadora de EEUU escogerá el programa de Trump y los republicanos o no se va a movilizar; las comunidades negras y latinas y los trabajadores no van a movilizarse de nuevo por los demócratas si siguen siendo ignorado, excluidos, abandonados.

 

Pero el ala progresista/izquierdista del partido de Biden es más fuerte que nunca, y en los próximos meses vamos a asistir a una gran batalla entre esta ala y el liderazgo del partido para determinar cuál será la agenda nacional de los demócratas. Si los moderados del partido ganan esta pelea interna, hay mucho más probabilidad de que el populismo ultraderechista y neo-fascista vuelva al poder en un futuro cercano.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/209768

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