Macroeconomía de la pandemia: ¿remesas heroínas de la película?

22/10/2020
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Foto: https://vanguardia.com.mx
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En el marco del Segundo Informe del presidente López Obrador en México, una de las cuestiones de las que más hizo énfasis en la prensa y la televisión fue el hecho de que las remesas del 2020 en relación con el año anterior están teniendo un desempeño mejor a pesar de las condiciones de crisis provocadas por la pandemia. Desde el mes de mayo ya el presidente hacía alusión a la “solidaridad” de los paisanos en Estado Unidos, pues en marzo, cuando el confinamiento apenas comenzaba, las remesas crecieron un 35% con relación al mismo mes del 2019. Además, pronosticó que la cifra ingresada en remesas este año supondrá un nuevo récord y alcanzará los 40.000 millones de dólares (Uribe, 2020).

 

Según datos del Banco de México (2020a), entre enero y julio de 2020 los ingresos por remesas crecieron en promedio un 10.04% con respecto al 2019. En estos meses los inmigrantes mexicanos enviaron más de 22,821 millones de dólares al país, un monto superior a los 20,744 millones de dólares del año anterior. A finales de septiembre en una conferencia desde el estado de Veracruz mientras el presidente presentaba algunos otros argumentos sobre la efectividad de los programas sociales en la mitigación de la crisis reiteró una vez más el crecimiento de las remesas, de tal suerte que estas cifras formaban parte de una especie de exposición de logros obtenidos en medio de la coyuntura adversa.

 

Cabe la interrogante de si las remesas y su repunte son, en realidad, buenas noticias en medio de la tormenta y motivo de alivio para los más desprotegidos. En apariencia lo son, sobre todo para las familias receptoras, pero en realidad, no hay nada que celebrar al respecto de esto por tres razones: a) son el reflejo de un régimen de acumulación dependiente de los vaivenes del tipo de cambio y las reservas internacionales; b) son un ingreso que depende directamente de condiciones unilaterales del país de origen de las remesas y de los trabajos que los connacionales puedan encontrar en él; c) son el reflejo de la incapacidad del país para brindar condiciones de vida aceptables para su propia población.

 

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a) En lo que respecta a las aportaciones de las remesas en las reservas internacionales el gráfico 1 revela que en los últimos 20 años las remesas han llegado a superar la tercera parte de representación en el nivel de acumulación de reservas, siendo justamente los niveles de 2020, que llegan hasta julio, los más altos en todo el periodo, con 37%. En este periodo de confinamiento por la pandemia las remesas han venido a tomar una vez más preponderancia en la estabilidad de las reservas, y, por ende, del tipo de cambio.

 

 

La estabilidad macroeconómica depende en gran medida del tipo de cambio, por lo cual evitar una devaluación de la moneda, apoyándose en la posesión de suficientes reservas es fundamental para lograrla, pues con en un régimen de tipo de cambio estable las grandes empresas, transnacionales y bancos, pueden cumplir son sus compromisos en moneda extranjera evitando problemas en la remisión de sus utilidades o recursos financieros al exterior (Vidal:2010).

 

La dependencia de reservas internacionales para el sostenimiento de un tipo de cambio que satisfaga la estabilidad que el sistema financiero requiere para evitar la especulación convierte a la moneda mexicana en una divisa frágil, pues ante la falta de reservas o desconfianza de los inversionistas, el tipo de cambio puede dispararse de manera abrupta comprometiendo la estabilidad de toda la economía en su conjunto (Fritz, et. al. 2017). Siendo así, la dependencia de las reservas internacionales son un factor de riesgo que se magnifica tomando en cuenta la frágil línea que hay entre recibir o no divisas por medio de las remesas.

 

b) Depender tan fuertemente de las remesas es una cuestión delicada porque sus flujos dependen de condiciones que para nada se encuentran en manos de la política económica de México, es decir, son transferencias que dependen directamente de las condiciones de otro país, principalmente los Estado Unidos, y dada la importancia de estos recursos para la estabilidad de los flujos de capital por lo anteriormente mencionado, deja al país en una posición severamente frágil si algún día las condiciones de envío de remesas o de trabajo de los connacionales se ven afectadas o comprometidas.

 

A principios de abril el gobierno norteamericano encabezado por Donald Trump y con la aprobación del congreso lanzó en abril un paquete de apoyos económicos para las familias contribuyentes por un monto de 2 billones de dólares, el cual incluyó una transferencia de 1,200 USD para ciudadanos con un ingreso no mayor a 75,000 USD. Durante las semanas subsecuentes se firmaron órdenes ejecutivas y se pusieron otras iniciativas en marcha para dar cheques adicionales, suspensión de recolección de impuestos, desahucios por falta de pagos de alquileres, entre otras. Para recibir estos apoyos es necesario contar con un número de seguridad social, por lo tanto, se necesita ser un residente regularizado. Existe un estimado de 4,3 millones de inmigrantes ilegales que no cuentan con dicho número de seguridad social, sin embargo, pagan impuestos pagan impuestos para el gobierno estadounidense con la esperanza de que ello les permita regularizar su situación legal y obtener una ciudadanía plena. La mayoría de estas personas tienen empleos mal pagados, pero las razones anteriores son suficientes para hacer el esfuerzo de convertirse en contribuyentes, obteniendo un número de identificación fiscal. Esta dinámica ha permitido que muchos inmigrantes hayan comenzado a ver en sus cuentas bancarias o en forma de cheques los apoyos de Trump (BBC, 2020).

 

Por su parte el Banco de México (2020b) también ha reconocido que el hecho de que contrario a todo pronóstico las remesas hayan aumentado se debe, por un lado, a los apoyos del gobierno estadounidense, y, por otro lado, en que Texas y California, los cuales son los principales estados que emiten divisas hacia México, han sido menormente golpeados por el desempleo y en donde mayor cantidad de mexicanos residen. De hecho, según la institución monetaria, aunque las divisas de remesas en general aumentaron, la recepción de estas disminuyó en algunos estados mexicanos, porque la vinculación de estas familias se encuentra fuera de California y Texas. Así, el desempeño estatal en donde residen los migrantes mexicanos es determinante en la cantidad de dólares que la economía mexicana recibe.

 

En esta pandemia es innegable que las economías de todo el mundo se han visto afectadas en prácticamente todas las variables de crecimiento, inversión y empleo debido al cierre de negocios por el confinamiento, por lo que era de esperarse que los niveles de remesas bajaran significativamente a la par de todo lo demás. Sin embargo, esto no ocurrió para sorpresa de varios analistas e investigadores, quienes deducen que el aumento de las remesas para México se debió en gran medida a los apoyos gubernamentales de Trump para los residentes legales, siendo estas transferencias la fuente de ingreso de inmigrantes mexicanos, que incluso llegaron a superar sus salarios normales, con lo que pudieron apoyar a sus familias en México (Morales, 2020). Con esto se refuerza el hecho de que México se encuentra a merced de las transferencias y condiciones de política económica de las cuáles no tiene ningún control, o al menos, ninguna certeza.

 

c) En un país donde las condiciones de vida no aseguran la dignidad de sus ciudadanos es común que se experimentes procesos de migración en la búsqueda de ese bienestar material y económico, por lo que las remesas no son sino el reflejo de esos flujos de personas que buscaron en algún momento oportunidades de desarrollo que la estructura económica nacional no pudo brindar y tuvieron que dejar sus lugares de origen por necesidad. Las transferencias de remesas analizadas bajo esta perspectiva reflejan las carencias del país y no son como tal, ningún triunfo, sino todo lo contrario, un mal que se ha convertido en necesario para suplir las necesidades monetarias de toda una nación a costa de la separación millones de mexicanos de sus lugares de origen.

 

Según datos del Current Population Survey, en 2019 había más 37,4 millones de personas de origen mexicano residiendo en los Estados Unidos, es decir, un 63.3% de la población de origen hispana proviene de México, lo cual no es para nada poca cosa. Esto no es ninguna sorpresa para un país donde, según datos de Coneval (2020), el 73% de la población tiene al menos una carencia social importante o se encuentra en situación de vulnerabilidad y por la pandemia del COVID-19, espera que la pobreza aumente el 7.2 y el 7.9%. Pero las condiciones de pobreza no son el único problema; la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, A.C. (CMDPDH, 2020) calcula que desde 2006 a 2019 un total de 338,405 personas han sido desplazados de sus lugares de origen a causa de la violencia en el país. Bajo estas condiciones no parece que el fenómeno migratorio se encuentre cerca de terminar, o al menos, disminuir.

 

Por tanto, las remesas y su gran importancia dentro la cuenta corriente de la balanza de pagos reflejan el hecho de que México se encuentra sumamente vulnerable en la sostenibilidad del del tipo de cambio, pues esta variable depende en gran medida de las reservas internacionales, las cuales fungen como un freno ante cualquier fluctuación violenta en el tipo de cambio, y lastimosamente, las remesas vienen a ser una especie de líquido de frenos, pues sin esas transferencias los niveles de reservas se verían seriamente afectados, dañando el tipo de cambio y la balanza de pagos. Que la estabilidad macroeconómica dependa de las decisiones de política de un país totalmente ajeno a las necesidades internas resulta sumamente frustrante, lo cual viene a ser otra muestra de la dependencia periférica que México tiene que superar, pues esta condición es una contradicción a la soberanía y a la seguridad nacional, sujeta al humor de los políticos norteamericanos y las condiciones laborales para los inmigrantes mexicanos. ¿Qué sucedería si de pronto un bloqueo económico o algún impuesto decidiera gravar o evitar la salida de divisas de los inmigrantes de Estado Unidos (como suele hacerlo últimamente con otras cuestiones comerciales) por algún tema de política? Sin duda, nada bueno para México.

 

En suma, las remesas son un “mal” necesario para el país, si bien benefician al sistema económico y financiero, y sobre todo, a las familias que las reciben, pues son un alivio en medio de la miseria, el hecho de que sus fluctuaciones aumenten no es motivo para celebrar ni dormir tranquilos, sino todo lo contrario, estas cifras hacen recordar que hay un tema pendiente con la población: obtener buenas condiciones materiales de vida y paz social. Para lograr estas cosas es necesario atacar el problema de raíz, y es que el subdesarrollo tiene muchas caras, muchos orígenes y muchas consecuencias, la dependencia de las remesas en medio de un régimen de acumulación financiarizado es una de ellas.

 

Bibliografía

 

Banco de México. (2020a). Balanza de pagos. Obtenido de Sistema de Información Económica

 

Banco de México (2020b). Remesas en las Entidades Federativas de México en el Contexto de la Pandemia de COVID-19. Obtenido de Publicaciones y Prensa, Septiembre 2020.

 

BBC. (2020). Coronavirus en EE.UU.: los US$1.200 que Estados Unidos paga a millones de personas para combatir el impacto económico de la pandemia. Obtenido de BBC News Mundo, 17 de abril de 2020.

 

CMDPDH. (2020). Desplazamiento interno forzado en México. Obtenido de Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, A.C. (CMDPDH), 2019 de octubre de 2020.

 

CONEVAL. (2020). “Política Social en el Contexto de la Pandemia por el Virus SARS-COV-2 (COVID-19) en México”. Obtenido de Consejo Nacional de Evaluación de Política de Desarrollo Social, 11 de abril de 2020.

 

Current Population Surivey. (2019). The Hispanic Population in the United States: 2019. Obtenido de United Satates Census Bureau.

 

Fritz, B., De Paula, L., & Prates, D. (2017). “Keynes at the periphery: Currency hierarchy and challenges for economic policy in emerging economies. Journal of Post Keynesian Economics, pp. 1-20.

 

Morales, Y. (2020). Remesas aumentan 7.2% anual en julio para apuntalar hogares en México por la pandemia. Obtenido de El Economista, 1 de septiembre de 2020.

 

Uribe, S. (2020). Resalta AMLO aumento en remesas y creación de empleos. Obtenido de La Jornada, 1 de septiembre de 2020.

 

Vidal, G. (2010). Crisis económica, bancos, grandes empresas, y financiarización de la ganancia. En E. Correa, A. Guillén, & G. Vidal, Capitalismo ¿Recuperación? ¿Descomposición? (págs. 59-94). México: Miguel Ángel Porrúa.

 

Alan E. Olguín

Estudiante de licenciatura en Economía por la UNAM.

Contacto: alaneolguin23@gmail.com

 

 

 

 

 

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