Las reparaciones y el sistema de criminalización racial en las Américas

04/09/2020
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Dirigentes y activistas de la OFRANEH denunciadas por difamación por inversionista canadiense
Foto: Giorgio Trucchi
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Las reparaciones históricas contra las aberraciones de la trata negrera y la esclavitud sufrida por las y los afrodescendientes es hoy parte del pasado pero también del presente continuo.

 

La trata negrera dejó un saldo de más de treinta millones de africanos secuestrados y desterrados forzosamente de África subsahariana para ser convertid@s en esclavizad@s y herramienta de las maquinarias de producción forzadas (minas, plantaciones, haciendas, hatos) durante cinco siglos, logrando el surgimiento y consolidación del capitalismo mercantil.

 

El tema de las reparaciones fue abordado por más de cuatrocientas organizaciones, participantes en esta conferencia, que exigíamos que las antiguas potencias occidentales practicantes de la trata negrera y la esclavitud (Inglaterra, Francia, Estados Unidos, España, Portugal y la Iglesia Católica) debían reparar a los pueblos afro, tanto en África como en la diáspora, por los efectos nocivos espirituales, físicos y éticos, causados en este vergonzoso proceso deshumanizador.

 

La castración física, moral y espiritual que sufrieron las y los africanos y sus descendientes a lo largo de cinco siglos en nuestro continente, fue catalogado por la III Conferencia Mundial Contra el Racismo como crimen de lesa humanidad, (Sudáfrica, septiembre, 2001). Esas antiguas potencias coloniales se opusieron abiertamente contra estas propuestas y abandonaron la Conferencia, mientras los activistas que participamos en esa conferencia protestamos en las calles de Durban exigiendo: “Reparaciones Ya”.

 

Entre las sugerencias en el plan de acción de esta tercera conferencia, mejor conocido como “El plan de Acción de Durban”, en su artículo cuatro “insta a los Estados a que faciliten la participación de las y los afrodescendientes en todos los aspectos políticos, jurídicos, económicos, sociales”. Eso lo entendimos como parte de las reparaciones, pero también exigíamos reparaciones por las cantidades de crímenes contra la población afro así como el tema de las tierras. En mayo del 2018, por sugerencia de los movimientos sociales afrodescendientes internacionales, se realizó, en Caracas, el Congreso Internacional de las Reparaciones, donde participaron activistas de África, Europa, las Américas y el Caribe. El presidente de San Vicente y las Granadinas, Ralph Goncalvez, junto al presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, hicieron un llamado a los organismos multilaterales para crear un espacio jurídico de discusión sobre esta deuda histórica y el seguimiento a las Reparaciones.

 

La criminalización racial en las Américas

 

Actualmente, dentro de los países que más practican la criminalización racial se encuentra Estados Unidos, donde en los últimos se han cometidos asesinatos, desde los crímenes en Baltimore hasta Minneapolis, desde Atlanta a Wisconsin, lo cual ha despertado movilizaciones masivas en la tierra del “tío Sam”. Estados Unidos no ha firmado la Convención internacional contra el racismo. En estos crímenes en su mayoría no son penalizados los culpables, al contrario, en la mayoría de los casos se reafirma el sistema represivo racial policial como política de Estado. Sin embargo, allí algunos congresistas del Black Caucus han impulsado la resolución HR40, que destaca las reparaciones y su respectivo pago para los descendientes de esclavizados.

 

El segundo país donde se ha cometido mayores crímenes raciales es Colombia, como lo ha demostrado la organización WOLA, en sus respectivos informes periódicos y el Proceso de Comunidades Negras y otros activistas afrocolombianos como Johanne Mosquera, Aiden Salgado, Charo Mina, Efraín Viveros, entre otros. Desde el gobierno de Uribe, Santos y Duque se han cometido sesenta y un masacres y millones de afrocolombianos han sido obligados a abandonar sus tierras. Los afrocolombianos exigen recuperación de cinco millones de hectáreas y cese a los crímenes sistemáticos contra jóvenes, mujeres y hombres y sus líderes.

 

El tercer país de criminalización racial es Honduras bajo la presidencia del actual presidente de ese país, Juan Orlando Hernández, quien ha permitido asesinatos de líderes y lideresas afroindígenas, desde Berta Cáceres y los miles de desplazados de la tierra Garífuna.

 

El cuarto país es Brasil con el presidente Jair Bolsonaro que ha expresado públicamente su odio hacia los brasileiros, concretando ese sentimiento aberrante en asesinatos selectivos.

 

La racionalización racial es el cáncer que recorre a algunos países de Nuestra América y se muestra ya como un sistema internacional criminal ante lo cual debemos articularnos en una contra ofensiva racial para construir la familia humana que necesita el planeta.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/208788
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