EEUU: El Memorial Shaw

10/07/2020
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El “Memorial Shaw” (1897) en Boston, del escultor Augustus Saint-Gaudens, rinde honor al Regimiento 54 de soldados afro-americanos que, bajo el mando de oficiales blancos, luchó en el ejército de la Unión durante la Guerra Civil. El memorial, inaugurado en 1897, muestra al coronel Robert Gould Shaw, montado a caballo, con 23 soldados negros marchando detrás, en el momento en que salían de Boston, el 28 de mayo de 1863, hacia la bahía, para embarcar hacia Carolina del Sur. 

 

Entre los miles de monumentos que se erigieron después de la guerra, el “Memorial Shaw” es uno de los muy pocos, durante largo tiempo el único, que refleja la participación armada de los negros en la Guerra Civil. El Memorial recuerda que la abolición de la esclavitud no fue un regalo graciosamente concedido por un presidente blanco, sino el resultado del esfuerzo y del heroísmo de más de 180,000 soldados negros, 37,000 de los cuales murieron durante la guerra. 

 

 El “Memorial Shaw” nos recuerda también que la victoria en el plano cultural sobre los esclavistas del Sur ha sido mucho más difícil de obtener que la victoria militar y no ha culminado todavía. Después de la Guerra Civil, la ideología racista y supremacista llamada “Lost Cause” (Causa Perdida) fue diseminada por todo el territorio de los Estados Unidos por organizaciones poderosas como “United Daughters of the Confederacy” (UDC) y “United Confederate Veterans” (UCV) que publicaron numerosos libros, reescribieron textos escolares y edificaron miles de monumentos en respaldo de su ideología, entre otras muchas actividades. Para “la causa perdida” el esfuerzo de guerra de los confederados había sido heroico, y no se ganó debido a la falta de recursos militares. Se afirmaba, además, que durante los 250 años de esclavitud en el Sur se había tratado a los esclavos “gentilmente”, “como en familia”, y los esclavos eran “felices y leales a sus dueños”. Se quería dejar a las futuras generaciones una historia remodelada, al estilo romántico de “Lo que el viento se llevó”,  con esclavos fieles, magnolias y claros de luna. 

 

En 1895, en Fort Mill, Carolina del Sur, se erigió un monumento a la fe y la lealtad de los esclavos del Sur durante la guerra, y esto fue sólo el comienzo. Entre 1905 y 1925, la UDC organizó una campaña para erigir memoriales en todos los estados a la “mammy” o sea, a la mujer afro-americana que tan lealmente había cuidado a los hijos de los amos. Infinidad de estatuas, construidas masivamente, ocuparon los espacios públicos, mostrando en actitud heroica a oficiales confederados esclavistas y líderes del Ku Klux Klan. 

 

Por eso es extraordinariamente importante el Memorial Shaw, por su carácter único. Memorial que existe, por cierto, debido a la voluntad de la madre del coronel Shaw quien alegó, en contra de los que se oponían a la representación de negros en el monumento, que si su hijo había luchado, había muerto en combate, y había sido enterrado en una fosa común junto con soldados negros bajo su mando, no se podía excluir a los negros del monumento. 

 

Entre los mitos que se enseñan en las escuelas de los Estados Unidos está el  que Abraham Lincoln fue el Gran Emancipador. Pero la prioridad de Lincoln era restaurar la Unión, no abolir la esclavitud. De hecho, cuatro estados esclavistas continuaron formando parte de la Unión: Maryland, Delaware, Kentucky y Missouri. 

 

Fue Frederick Douglass, el gran dirigente negro estadounidense, el que convenció a Lincoln de que no podía ganar la guerra sin liberar a los esclavos en el Sur y sin permitir a los negros en el Norte enrolarse en el ejército; y no fue hasta 1863 que el Congreso autorizó su enrolamiento  bajo las órdenes de oficiales blancos. Sin los casi 200,000 negros que se alistaron voluntarios en el ejército de la Unión, otro hubiese sido el curso de la guerra. 

 

Douglass honró siempre a Lincoln como presidente mártir pero rechazó el mito del Gran Emancipador. En su “Oración en Memoria de Abraham Lincoln”, al inaugurar el Monumento a los “Freedmen” (hombres liberados de la esclavitud) en 1876, en Washington, afirmó: “Lincoln no fue nuestro hombre ni nuestro modelo. Él fue, por encima de todo, el presidente de los blancos, dedicado enteramente al bienestar de los blancos. Ustedes [los blancos] son los hijos de Abraham Lincoln. Nosotros [los negros] somos, en el mejor de los casos, solamente sus hijastros”. 

 

En un discurso, poco antes de comenzar la guerra (Charleston, Illinois, septiembre 18 de 1858), Lincoln expresó: “No estoy y no he estado nunca en favor de forma alguna de igualdad social y política de las razas blanca y negra; no estoy y no he estado nunca en favor de que los negros voten o sirvan como jurados, ni de que califiquen para ocupar cargos, ni tampoco de matrimonios interraciales con personas blancas; y diré, además, que hay una diferencia física entre las razas blanca y negra que considero impedirá para siempre que las dos razas vivan juntas en condiciones de igualdad social y política. Y puesto que no pueden vivir de esa manera, mientras permanezcan juntas tendrá que haber una posición superior y otra inferior, y yo estoy tanto como cualquier otro hombre, en favor de que la posición superior se le asigne a la raza blanca”. 

 

Frederick Douglas, en carta al editor de National Republican en 1876, en ocasión del develamiento del “Emancipation Memorial” en Washington, D.C., escribió: “Lo que yo quiero ver antes de morir no es un monumento que representa al negro arrodillado como un animal de cuatro patas, sino erecto sobre sus pies como un hombre”. 

 

Pienso que no es casualidad que el conjunto escultórico del Memorial Shaw, uno de los muy pocos monumentos referentes a la Guerra Civil con verdadero valor artístico e histórico, el mejor a mi juicio, sea precisamente el primero y casi el único que no excluyó a los soldados negros. 

 

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/207787
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