Lecciones de política exterior

12/12/2016
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1

 

La deshonra, titula Eduardo Galeano esta cápsula:

 

A fines de 1979, las tropas soviéticas invadieron Afganistán.

Según la explicación general, la invasión quería defender al gobierno laico que estaba intentando modernizar el país.

Yo fui uno de los miembros del tribunal internacional que en Estocolmo se ocupó del tema, en el año 1981.

Nunca olvidaré el momento culminante de aquellas sesiones.

Daba su testimonio un alto jefe religioso, representante de los fundamentalistas islámicos, que en aquel entonces eran llamados freedom fighters, guerreros de la libertad, y ahora son terroristas.

Aquel anciano tronó:

“— ¡Los comunistas han deshonrado a nuestras hijas! ¡Les han enseñado a leer y a escribir!”

 

2

 

Una característica de la guerra fría es que las confrontaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética nunca se dieron y dan de manera directa (incluyendo la utilización de armas nucleares), sino en terceros países, de preferencia en espacios del Tercer Mundo.

 

En EEUU, podrán cambiar presidentes, demócratas y/o republicanos, pero en materia de política exterior hay una cierta continuidad, que busca preservar su hegemonía, que dio origen al complejo militar industrial, hoy financiero, en un mundo multipolar. Posee dos instrumentos: la acción directa o armada, incluyendo la encubierta, con fuerzas que organiza y entrena, la acción indirecta o la diplomacia del dólar, como documentó el maestro José Luis Ceceña.

 

Esos terroristas (los de antes y los de hoy), dice Michel Chassudovsky, profesor de la Universidad de Ottawa, son made in USA, hechura de Estados Unidos. Allí nació Al Qaeda, que daría lugar, ahora, al Estado Islámico.

 

Hay que ver la película Rambo III (1988), que se desarrolla en Afganistán, quien ayuda los freedom fighters para expulsar a los soviéticos. Guerreros que serían las huestes, primero, de Al Qaeda, al que se le responsabilizó de los ataques terroristas a las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, el 9/11, y después de ISIS, el Estado Islámico, que ha servido de pretexto para intervenir en el Oriente Medio, en particular, Líbano y Siria.

 

3

 

Uno es el discurso de campaña y otro el discurso de presidente electo. Pero, en el caso de Donald Trump, ha seguido con guion, en dos asuntos que conciernen a México: la migración y el libre comercio. En el primer caso, amenaza con levantar un muro a lo largo de su frontera sur, con México (que ya existe en parte), además de expulsar de su territorio a millones de indocumentados, la mayoría de ellos, mexicanos.

 

En el segundo caso, promete abrir el Tratado de Libre Comercio de América del Norte que tiene con Canadá y México, a la vez que se compromete a bajar impuestos a las grandes empresas, ya sea para que regresen sus capitales o para que no se vayan, particularmente a China y México, donde los costos de producción son menores. ¿Cómo se compite donde los salarios son 15 horas la hora, contra los 48 centavos de dólar la hora que se pagan en México?

 

4

 

Los primeros nombramientos del equipo de transición de la Administración Trump, que comienza el 20 de enero de 2017, no dejan lugar a dudas: predomina gente de la línea dura o neoconservadora.

 

Como secretario de Defensa la apuesta es James Mattis, general retirado, pero amante de matar gente (sic). En un reciente artículo (Truthout, 6 de diciembre), Dahr Jamail califica a Mattis como “criminal de guerra”, y como ejemplo pone su participación en la masacre de Fallujah, Iraq, en 2004.

 

No por nada, en su apodo Mattis lleva la fama: Mad Dog o Perro Maldito.

 

5

 

Con un empresario en la Casa Blanca, sin la menor experiencia política formal, ¿quién gobernará en Estados Unidos? El mundo, en vilo.

 


 

https://www.alainet.org/es/articulo/182275

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