Las nuevas realidades de la Multipolaridad Mundial

29/08/2016
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En el año 2008 salía a luz el Diccionario Latinoamericano de Seguridad y Geopolítica (Barrios Miguel Ángel, Director, Diccionario Latinoamericano de Seguridad y Geopolítica. Ed. Biblos.BsAs.2008), que realizamos con un conjunto de expertos latinoamericanos, y en el adelantábamos, hoy lo podemos decir, que en la posguerra fría, lo que Helio Jaguarible llamaba "orden" unimultipolar, en el que el  dominio absoluto de la superioridad militar y en otras dimensiones que poseía EEUU, empezaba a declinar y se veía obligado a compartir ese poder. Por supuesto, nosotros asumíamos modestamente la interpretación del eminente brasileño, que incluso nos realizó el prólogo a la obra.

 

Hoy, la unimultipolaridad, ya no es tal. EEUU no pudo generar un imperio mundial militar -Jaguaribe lo anticipaba- y en el Diccionario afirmábamos que la multipolaridad que se venía sería desoccidental y en la que los Estados continentales industriales serían sujetos de ese nuevo "orden".

 

Y planteábamos la Doctrina Putin: unificar un bloque eurasiático, en el fondo una vieja doctrina geopolítica que pasa desde Catalina a los planteos de pan región de Haushofer (Hitler hizo lo contrario e invadió la URSS) hasta las perspectivas de los grandes espacios de Alexander Duguin. Todo fortalecido por la audacia estratégica de Vladimir Putin.

 

Por el otro lado, en el 2001 nacía la alianza militar de la Cooperación de Shangai (OCS), una organización intergubernamental formada el 15 de junio de 2001, cuyos Estados miembros son: Rusia, China, Kazajistan, Kirguistan, Tayikistan, y Uzbequistan y Estados observadores: Afganistán, India, Irán, Mongolia y Pakistán, y como socios de diálogo: Bielorrusia, Sri Lanka y Turquía. Los idiomas oficiales son ruso y chino. Y la sede es Pekín.

 

Pese a no ser un bloque militar, la organización tiene por objetivo el fortalecimiento de la seguridad en la región, así como la cooperación económica y cultural.

 

Es complejo entender las nuevas realidades de la multipolaridad mundial sin estas dos variables, que nosotros lo planteamos en el Diccionario en aquel lejano 2008.

 

Los primeros 16 años del nuevo siglo significaron un cambio geopolítico profundo, de consecuencias imprevisibles.

 

Hoy se unen Rusia, Irán y China, para detener la "desintegración"  de Oriente Medio promovida por EEUU y la OTAN a través de una Geopolítica del caos  con el fin de obtener recursos energéticos y acuíferos, que hasta ahora ha resultado  un fracaso . A ello se suman el rol ambiguo de Estados Unidos con respecto a la organización terrorista Daesh, y el rol activo también, hay que decirlo, del Papa Francisco abogando para detener la guerra en Siria, cuando Estados Unidos pretendió invadir Siria, en función de lo cual incluso le escribió una carta a Putin. Y es también lo que hace plantear al Papa, que estamos en una tercera guerra mundial de a trozos.

 

También la incertidumbre envuelve a la Geopolítica del caos, como el hecho de que el presidente de Turquia, Erdogan  -aliado clave de los EEUU- se haya encontrado con Vladimir Putin  el pasado 9 de agosto en San Petersburgo.

 

Hay nuevas realidades, un bloque de contrapeso a EEUU que incluso empieza a disputarle el poder militar como nuevo dato a la hegemonía absoluta de la posguerra fría.

 

Irán, como potencia regional, lleva a cabo una cooperación con Rusia y viceversa, para combatir al terrorismo, basada, por supuesto, en los intereses de su propia seguridad y, por lo tanto, no ha que mal entenderla como subordinada a Moscú. Esto es fundamental saberlo.

 

China también empieza a demostrar un interés por el futuro de Oriente Medio y asegurar su espacio geoeconómico en Siria junto a China.

 

Incluso así se explica la visita del Jefe de la Comisión Militar de China , el Almirante  Guan Youfei ,al Ministerio de Defensa de Siria, donde tuvo una reunión con el Ministro de Defensa de Siria , Fajad Jassin, sobre la participación de militares chinos  en la preparación de los soldados sirios y la ayuda militar.

 

En el fondo también es un mensaje a Washington por su agresiva interferencia en los asuntos del mar de la China, por donde transita un 30% del comercio mundial.

 

Asimismo , en Yemen , los liberadores ofrecen bases aéreas a Moscú , en el momento en que Arabia Saudita empieza a recibir nuevamente personal militar norteamericano , desde donde se coordina los ataques aéreos saudíes contra Yemen. Esta guerra le cuesta a Riad unos 200 millones de dólares por día y está arruinando su economía.

 

Turquía refleja al máximo nivel, estas nuevas realidades. Turquía, no puede enfrentarse a EEUU por ser su aliado en la OTAN y ser un país receptor de la ayuda y armamento estadounidenses. También el gobierno de Erdogan está preocupado por su alianza con Rusia, debido a las sanciones que puede imponer EEUU.Y además, el propio Erdogan, que entiende que hay que eliminar a los kurdos y no al terrorismo de Daesh. Por eso, es difícil y si uno es estructurado, no entiende lo que pasa o puede ocurrir.

 

De ahí, la visita del vicepresidente norteamericano Joe Biden  a Ankara, para suavizar el enojo de Erdogan con respecto a EEUU a quien acusó de dar protección a Fethullah Gulen, indicado por Erdogan como autor intelectual activo del golpe y exiliado en Pensylvania.

 

En lo que Erdogan no ha cambiado es en eliminar a los kurdos, cuando justamente estos, son vitales para debilitar al terrorismo de Daesh.

 

Esta es el verdadero rompecabezas actual de la Isla Mundial, desde la perspectiva geopolítica de Mackinder.

 

Y podríamos decir, sin duda, que América Latina debe entender profundamente esta lógica mundial por la revitalización de la Doctrina Monroe en nuestro espacio continental sumado a nuestros propios errores. Y la incapacidad estratégica, puede llevarnos a un desastre histórico.

 

Miguel Ángel Barrios -Argentina- es doctor en educación y en ciencia política. Autor de reconocidas obras sobre América Latina.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/179804
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