A la JOC Internacional sobre la situación en Venezuela

10/12/2002
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  • Opinión
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Hoy en día volvemos a vivir una situación difícil en Venezuela, la confrontación se ha venido agudizando progresivamente y hoy bordeamos límites que se acercan al riesgo de perder nuevamente el proceso democrático, participativo y popular que se ha venido gestando en el país desde hace más de tres años. Otra vez, pero con mayor intensidad se están apuntando los cañones de la conspiración, por el lado más neurálgico de la economía venezolana: el petróleo. Los sectores más reaccionarios del país, representados por la ilegítima Central de Trabajadores de Venezuela (CTV), la cámara de empresarios (FEDECAMARAS) y la Coordinadora "Democrática" que aglutina a los partidos de derecha y organizaciones no gubernamentales del Este de Caracas (sector burgués); convocaron a un Paro Cívico nacional a partir del 2 de diciembre de este año. Esto a pesar de que desde hace casi un mes se había instalado una Mesa de Negociación y Acuerdo, facilitada por la Organización de Estados Americanos (OEA) y donde participaban representantes del Gobierno y de la Coordinadora "Democrática". Uno de los aspectos que se discute en esta Mesa es la posible enmienda a la Constitución que permita una salida electoral. La consigna de la oposición es convocar a elecciones de inmediato; aunque esto contraría lo establecido en la Constitución. En los primeros días, este paro no fue respaldado contundentemente por la mayoría de los empresarios y comerciantes y menos aún por los trabajadores; sin embargo lo que transmitían los medios de comunicación privados era que el paro había sido un gran éxito. Así poco a poco el impacto mediático fue influyendo en la gente, provocando un clima de nerviosismo y tensión, comenzaron las compras nerviosas y se comenzó a amenazar con un desabastecimiento de combustible. El quinto día del paro mediático, en la Plaza Altamira, sitio de concentración de la oposición y de los militares golpistas, ocurre un hecho lamentable: unas personas disparan contra otras de forma repentina dejando como saldo 3 muertos y 12 heridos, e inmediatamente los medios tratan de vincular a los asesinos con el Gobierno Nacional. A partir de este momento se comienza a agudizar la situación. Se profundiza progresivamente el saboteo a "Petróleos de Venezuela" (PDVSA), empresa petrolera estatal, secuestrando los Buques que transportan combustible, intentando paralizar las Refinerías, paralizando muchas de las Estaciones de Servicio, intimidando a los camioneros que distribuyen combustible en todo el país para que no trabajaran, saboteando y destruyendo los sistemas que controlan el suministro de hidrocarburos dentro y fuera del país. Comienza así la escasez de combustible y algunos alimentos, las entidades bancarias comienzan también a paralizar sus servicios. Esto aumenta la angustia, la tensión y el desespero popular. La situación se va tornando más compleja. Mientras tanto el Gobierno Nacional decide, utilizando la Fuerza Armada Nacional (FAN), intervenir la industria de hidrocarburos, desde la extracción de petróleo, las refinerías, el sistema de distribución y transporte, hasta la comercialización de combustible interior y exterior. Para resguardar las instalaciones, asegurar el suministro y venta de combustible. La respuesta del pueblo no se hizo esperar, ha habido muchas movilizaciones y concentraciones en todas las ciudades en apoyo al proceso revolucionario. El día ocho de diciembre se realizó una Gran Marcha Nacional en la capital bajo la consigna "Si a la Paz y a la Democracia, No al Paro Golpista" En Asambleas Populares el pueblo organizado se plantea la defensa del proceso de cambios que vive el país, liderado por el Presidente Chávez, a través de la defensa de las instalaciones de PDVSA en las distintas ciudades, el apoyo a los militares constitucionalistas (aproximadamente un 80% de la FAN), la protesta ante la sede de los Medios de Comunicación privados, asegurar el derecho a la educación y la salud evitando la paralización de escuelas y centros asistenciales, creación de centros de acopio de alimentos previendo un eventual desabastecimiento. Esta agenda se está cumpliendo, el pueblo ha salido a la calle masivamente a protestar pacíficamente en contra del Paro y de la conspiración. Al mismo tiempo la oposición y sus partidarios han realizado movilizaciones en algunas ciudades pidiendo la renuncia del Presidente y la intervención extranjera (a través de la aplicación de la Carta Democrática Interamericana aprobada por la OEA), esto en una muy menor escala, pero magnificado por los medios de comunicación privados, lamentablemente sólo esta información es la que se transmite a nivel internacional. Toda esta situación nos lleva a concluir que estamos en la presencia de un nuevo proceso conspirativo a través del estrangulamiento de la economía nacional, con el saboteo de la industria petrolera, el principal sostén de la misma, que conduzca a un caos nacional y justifique la derogación de la Constitución de la República Bolivariana de 1999 y una salida abrupta del Presidente Constitucional, por haber impulsado políticas de desarrollo que favorecen a los sectores populares y amenaza los intereses de la clase dominante. La situación actual nos hace estar alertas y en incertidumbre ante lo que pueda devenir. Hacemos un llamado a la solidaridad internacional, pedimos estar pendientes de la situación de Venezuela y difundir este comunicado. Alertamos que la información que transmiten las cadenas informativas transnacionales no es veraz, es producto de la manipulación por parte de los intereses de los grandes poderes económicos nacionales e internacionales. Frente a esto, en la JOC Venezuela nos sentimos con el compromiso de enviar información sobre los verdaderos hechos que están ocurriendo en Venezuela. Equipo Nacional Permanente de la JOC Venezuela 10 de Diciembre de 2002
https://www.alainet.org/es/articulo/106752
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