En debate rol de los militares

16/12/1997
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El tema militar fue debatido desde puntos de vista diametralmente opuestos en dos eventos internacionales que se desarrollaron en la última semana de noviembre en Ecuador. Por un lado, la XXII Conferencia de Ejércitos de América, que reunió a 26 comandantes de ejércitos, redefinió los conceptos de seguridad para hacer frente a la interdependencia y la globalización. Y por otro, el IV Encuentro Latinoamericano de Objeción de Conciencia, cuestionó el rol de los militares y resolvió llevar adelante acciones continentales en contra del servicio militar obligatorio. El nuevo rol de los militares Los militares de América están cambiando rápidamente sus agendas para ponerse a tono con los tiempos de globalización. En efecto, la XXII Conferencia de Ejércitos Americanos, llevado a cabo en el balneario de Salinas, Ecuador, definió que es necesario conciliar la seguridad con los procesos de integración regional. De acuerdo al general brasileño Gleuber Vieraes, jefe del Estado Mayor del Ejército, el objetivo de la reunión castrense fue para "intercambiar experiencias, acercarnos y evitar que haya conflictos entre los países americanos". La Conferencia expresó que los problemas de seguridad nacional están "siendo crecientemente acompañados y hasta reemplazados por los retos sociales y económicos, que desafían el desarrollo de las sociedades". Como consecuencia de este planteamiento, de ahora en adelante los militares cada vez más se involucrarán en la vida cotidiana de la gente y en temas como medio ambiente, derechos humanos y obra social. Incluso señalaron que si realmente se quiere alcanzar la paz, hay que trabajar a diario para combatir la pobreza. Pero esto no quiere decir ni mucho menos que abandonen las armas, pues enemigos -reales o inventados- que amenacen al sistema siempre habrán. Si antes eran el comunismo internacional y sus agentes criollos, hoy los enemigos son: la corrupción, el narcotráfico, el terrorismo, el tráfico de armas y todo tipo de violencia contra los ciudadanos. Con la apertura de las fronteras también se internacionaliza el crimen organizado y el narcotráfico. En consecuencia, las concepciones y la acción de los ejércitos también se vuelve internacional y en este sentido contemplan fundar "un sólido y verdadero mecanismo cooperativo", siempre enmarcado en la estrategia de los Estados Unidos. Una de las vías de cooperación es mantener la participación en las misiones internacionales de paz, de acuerdo al capítulo VI de la Carta de las Naciones Unidas. Pinochet condecorado Un hecho polémico -no tanto en la Conferencia de ejércitos, pero si en el Ecuador- fue la presencia del general chileno Augusto Pinochet. La presencia de Pinochet "hiere la sensibilidad del pueblo ecuatoriano, no están en el olvido el drama humano y las experiencias límite a las que fueron sometidas miles de personas y sus familiares durante 17 años de dictadura en Chile", señaló la Hna. Elsie Monge, presidenta de la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos, CEDHU. Pero lo que más indignación provocó en sectores democráticos fue la condecoración que impuso el ejército ecuatoriano a Pinochet, quien fue declarado "amigo de Ecuador". La condecoración del militar, quien vivió cuatro años en el país y fue profesor de geopolítica en la Academia de Guerra del ejército, contradice la supuesta tradición democrática de las Fuerzas Armadas, señalaron analistas. Los organismos de derechos humanos, en contraste, impusieron una presea a la chilena Hilda Saldívar, fundadora de la Agrupación de Familiares y Detenidos de Chile. La condecoración le fue impuesta por el pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín. Con esta ocasión, los defensores de los derechos humanos recordaron que Pinochet, en Chile, es oficialmente responsable de 1430 torturas, 2095 ejecuciones, 1102 desaparecidos y 700.000 exiliados, al tiempo que interpusieron una demanda contra el general ante la Corte Suprema de Justicia por el asesinato de los ecuatorianos Sócrates Ponce, Freddy Torres, Felipe Campos y José García, quienes fueron fusilados por la dictadura chilena. Cabe anotar que la sede de la cita de los militares estuvo originalmente prevista para la ciudad de Cuenca, ubicada al sur del país, pero el repudio ciudadano a la presencia de Pinochet determinó el cambio de lugar a Salinas. En la anterior visita de Pinochet al Ecuador, en 1992, el general fue declarado "no bienvenido" por el gobierno socialdemócrata de Rodrigo Borja. Cita de objetores de conciencia Por otro lado, los participantes el IV Encuentro Latinoamericano de Objeción de Conciencia, luego de analizar el nuevo rol que están asumiento los militares, resolvieron impulsar campañas continentales por el cierre de la Escuela de las Américas y de las bases militares de Estados Unidos en Panamá, y denunciar la situación del servicio militar obligatorio en América Latina. Este evento fue organizado por la Red de Objetores de Conciencia de Latinoamérica y el Caribe, ROLC, red que se formó en 1994, en Paraguay, para articular las iniciativas de jóvenes que en distintos países se negaban a participar en el servicio militar obligatorio. Desde entonces, el movimiento se ha extendido y fortalecido, ampliando sus horizontes hacia el desarrollo de una cultura de la paz. En Paraguay, en la actualidad existen alrededor de 9 mil objetores de conciencia declarados públicamente, que han firmado su declaración ante el Congreso Nacional. En Guatemala, hay 600. También se han formado grupos en Ecuador, Venezuela, Bolivia, El Salvador, Honduras, Colombia y Chile. Los objetores de conciencia se ven expuestos a sanciones de tipo económico y legal. En el Ecuador, pierden sus derechos de ciudadanía, en Colombia pueden ser condenados a cárcel. Luis Caldas, un activista colombiano que participó en la cita de objetores de conciencia, estuvo prisionero durante 7 meses y se mantiene en la clandestinidad porque todavía hay un proceso judicial en su contra. "Negarse a ir al servicio militar obligatorio no es una actitud de cobardía, como generalmente se la tacha, ni de miedo, es una actitud mucho más valiente, porque nosotros queremos servir a la sociedad de otra manera", señala Vinicio Jiménez, coordinador del Servicio de Paz y Justicia de Ecuador. "Hay instituciones que refuerzan la violencia dentro de las sociedades latinoamericanas. Fente a eso, la objeción de conciencia se va constituyendo en un derecho a tener una opción, a que no te obliguen a recibir códigos o formas pedagógicas o metodológicas de violencia, como consideramos que es el servicio militar obligatorio. La objeción de conciencia es un derecho a oponerse a la imposición autoritaria de criterio", agrega Jiménez. Y continúa: "el servicio militar es una de las instituciones que más vinculación obligada tiene con los jóvenes, que durante un año permite crear una conciencia autoritaria dentro de los jóvenes, una conciencia que enfatiza en el uso de las armas para resolver los conflictos en forma violenta. Además, incentiva el machismo, el autoritarismo y el totalitarismo, como un mecanismo de uniformar a la sociedad". Nueva imagen social En opinión de Vinicio Jiménez, los ejércitos latinoamericanos están adoptando nuevos lineamentos relacionados con la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia, que sirven para justificar el presupuesto militar. "Con eso, lo único que se está haciendo es el traslado de los enemigos. Ya no son los enemigos fronterizos, pues la política norteamericana está incidiendo para que los ejércitos culminen con los conflictos fronterizos para que haya libre mercado". A Jiménez le preocupa los roles sociales de apoyo al desarrollo que han definido los militares. "Con este nuevo discurso que va apareciendo, se va constituyendo otra forma de militarismo. Los militares adquieren una nueva imagen social. Ya no es el soldado represor solo con fusil, ahora es el mismo soldado represor, con la misma cultura, la misma formación, la misma represión, con el fusil pero también con un azadón, un botiquín, o un pizarrón". "Los militares están ayudando a proteger algunos sectores que el Estado no lo hace, pero habría que preguntarse, de aquí a mediano plazo a cuenta de que lo están haciendo. Para mí no es gratuita la participación del ejército en todas las partes de la sociedad, no solo en las comunidades rurales e indígenas, sino también en todos los espacios de la sociedad". Los objetores de conciencia plantean que se reemplace el servicio militar con un servicio civil sustitutivo, que sería una prestación social de carácter comunitaria, ética, y de involucramiento en el desarrollo social. Hay muchas áreas de investigación, cultura, ecología, comunicación que esperan el concurso de los jóvenes. Hay extensas zonas pobres de los campos y ciudades, y sectores sociales desprotegidos en donde podrían impulsarse proyectos de desarrollo para que los jóvenes que no quieran servir militarmente al país lo sirvan humanamente. Los objetores de conciencia apuntan al empoderamiento de la sociedad civil que pasa por apropiarse del conocimiento. "Así como la guerra necesita de especialistas para la muerte, creemos que la paz necesita de profesionales, que tengan el poder de adueñarse del conocimiento. De ahí la importancia de la investigación profunda y especializada", manifiestan. Los objetores de conciencia, que adoptan la estrategia de la no violencia activa, expresan que "es necesario redefinir nuestro discurso y formas de lucha ya que en el futuro nos enfrentamos a ejércitos altamente profesionales, amigos de la democracia, defensores de los derechos humanos".
https://www.alainet.org/es/articulo/104350
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