America Latina, Cuba y la democracia

10/06/2002
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  • Opinión
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Del 3 al 7 de abril, en La Habana, 75 opositores han sido condenados a penas muy duras (hasta 28 años de prisión), en base a procesos expeditivos, "por haber violado la ley de protección de la independencia nacional y de la economía de Cuba". Algunas días después -el 11 de abril- tres cubanos quienes armados con revólveres y cuchillos habían asaltado un ferry y tomado rehenes, fueron ejecutados después de que fueron condenados a muerte. (1) Sus recursos de apelación ante la Suprema Corte y el Consejo de Estado fueron revisados "de manera supeficial e inadecuada" (2). Cualquiera que se sienta apegado a los principios democráticos no podría permanecer indiferente a la severidad de las penas aplicadas a los opositores cubanos. Quien se pronuncie contra la pena de muerte -y nosotros lo estamos- no puede menos que reprobar el hecho de que se aplique en La Habana. Sin embargo, eso no nos hace aullar junto a los lobos, y sobre todo, menos con el Sr. Dean Fisk, secretario de Estado adjunto para suntos hemisféricos del departamento de Estado en Washington, quien declara: "Estas ejecuciones revelan la naturaleza de un régimen tiránico y de sus tribunales arbitrarios que caracterizan a Cuba" (3). Los Estados Unidos se preparan de inmediato a ejecutar su prisionero afro-americano número 300 (de entre 840 condenados a muerte) desde la reiniciación de la aplicación de la pena capital en 1977. (4) Y el 21 de enero de 2003, el gobierno mejicano a intentado llevar a cabo un recurso ante la Corte internacional de justicia de La Haya contra los Estados Unidos, por la condena a muerte de 54 ciudadanos mejicanos, de los cuales ninguno, durante el proceso, ha podido tener acceso a su consulado, derecho que garantiza la convención de Viena de 1963. Los Estados Unidos tienen que ver en el endurecimiento del régimen, recientemente constatado en Cuba, único país de América Latina donde no han podido lograr sus propósitos. La isla ha sido víctima de numerosos atentados de bomba en 1996-97, inspirados y preparados desde la Florida. ¿terrorismo? Cinco cubanos están encarcelados en los Estados Unidos, detenidos desde el 12 de setiembre de 1998 por atentar contra la seguridad del estado. Ellos se habían infiltrado en las organizaciones "contrrrevolucionarias" cubanas de Miami con el fin de evitar las acciones de ese tipo contra su país. Cuatro han sido condenados a cadena perpetua y están encerrados en prisiones de alta seguridad. Cuba permaneció callada desde 1992 ante los rigores de la ley Helms-Burton: el 13 de noviembre de 2002 de nuevo, por el onceavo año consecutivo, la asamblea general de las Naciones Unidas adoptó una resolución sobre la necesidad de detener el embargo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos a Cuba. Sin resultado. En desquite, en diciembre 2001, Washington acusaba repentinamente a La Habana de poseer "un programa de desarrollo de armas químicas y biológicas". Nadie ignora lo que este tipo de acusación significa. Y por si acaso quedaba duda, esto ha sido expresado al tiempo que el embajador de E.U en República Dominicana, Sr. Hans Hertell, afirmara que la guerra propuesta contra Irak es el inicio de una "cruzada liberadora para que todos los países del mundo, incluida Cuba, pongan en práctica un sistema democrático". El símbolo de este salto cualitativo en la agresión contra Cuba tiene un nombre: James Cason. Jefe de la Sección de intereses de los Estados Unidos en La Habana (la representación oficial de Washington), él ha multiplicado, después de su llegada, los actos de provocación. Muy asiduamente frecuentado por los opositores posteriormente condenados, sus oficinas y su residencia privada se han convertido en cuartel general del estado mayor de una oposición interna financiada por su país. Esta ingerencia que se parece más a una escalada que a la diplomacia, ha hecho que el ministro cubano de asuntos extranjeros, Sr. Felipe Pérez Roque denuncie "la obsesión de los Estados Unidos por fabricar una oposición, por crear en Cuba una quinta-columna, de apadrinar en Cuba la aparición y fortalecimiento de grupos que respondan a sus intereses, con una clara visión anexionista" (6). De ahí la brutalidad del mensaje enviado tanto a la oposición como a la Casa Blanca. Que lo aprobemos o no, esta decisión, tomada con conocimiento de causa de su costo político, tiene su lógica, que no se puede borrar con el reverso de la mano. Como consecuencia, La Habana ha sido condenada por la comisión interamericana de derechos humanos (el 16 de abril), por la comisión de derechos humanos de la Naciones Unidas (el 17 de abril). Los países de la Unión Europea han reducido sus contactos diplomáticos y el intercambio bilateral. Una campaña de reprobación "universal" y de manifestaciones de los medios en el mundo ha acribillado a Cuba. ¿Pero quien ha oído a estos doctores censores condenar al gobierno argentino por las decenas de muertos de han acompañado el cambio de un régimen represivo e incompetente? ¿O poner en el banquillo de los acusados al gobierno boliviano, cuyo ejército a matado a 33 personas y ha dejado cientos de heridos en febrero de 2003? ¿Quien se ha preocupado por la suerte de 201 sindicalistas asesinados en Colombia en 2002 (¡y no precisamente por las guerrillas!)? ¿Y quien ha acusado al presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso cuando, siete años después del 17 de abril de 1996, los dos únicos oficiales condenados por la masacre de Eldorado do Carajas (19 campesinos muertos y 69 heridos), permanecen en libertad? Después de más de un decenio de democracia, de reformas liberales y de apoyo del Fondo Monetario Internacional (en el sentido en que apoya la cuerda que sostiene al colgado), los diagnósticos son siempre los mismos en América Latina: miseria, hambre, déficits en materia de educación y salud, concentración de la riqueza, distribución desigual de los ingresos, violencia generalizada. 43% de la población vive debajo del nivel de pobreza -117 millones de estos 224 millones de personas con menos de 20 años-, cuando existen los medios materiales, técnicos y humanos para eliminarla. ¿Es necesario repetirlo? Inclusive en los países llamados "democráticos" (este tipo de "democracia" que se pretende imponer con forceps a Cuba) la pobreza constituye una violación flagrante a los derechos humanos. Tan solo el pensamiento neoliberal ha sido tomado como referencia única por la élites dominantes, muy mal de los políticos y de sectores importantes de las clases medias, que han aceptado la subordinación del Estado y de los pueblos a la figura mítica del mercado. ¿Pobreza? Entre 1997 y 2000, la América Latina y el Caribe han transferido, a título de pago de la deuda externa 583 mil millones de dólares, más 192 mil millones en intereses (7). No obstante, la deuda crece; fantástico instrumento de expoliación de los excedentes financieros del subcontinente. En el curso del decenio pasado, esta misma América Latina ha pasado de gastar 10 mil millones hasta 28 mil millones de dólares en armamento por año (8) (el gobierno de concertación democrática en Chile, se muestra como el más generoso de toda la región con sus generales, para agradecerles sin duda la muerte de Salvador Allende). Los costos en seguridad privada se toman entre 13% y 15% del producto interno bruto, un porcentaje superior al dedicado a la salud pública. En este sentido cabe felicitarse porque un nuevo período se abre. Es época de cuestionamientos. Hasta ahora, la resistencia se limitaba al plano social, sin poder expresarse en el plano político. La llegada al poder de gobiernos sostenidos con apoyo de fuerzas sociales, en Venezuela, Brasil y en Ecuador, a los que se une el creciente poder de las fuerzas populares en Bolivia, permite a este potencial lograr un espacio en las instituciones y hacer un relevo del poder al nivel del Estado. (9) Sin embargo, sin jugar de Casandra, sabemos que nada será regalado. Que un presidente -como ocurre con el venezolano Hugo Chávez-, este es el caso, pretenda complementar la democracia formal con una democracia "participativa", se ve inmediatamente satanizado como "populista". Por "populismo" se entenderá toda corriente opuesta al neoliberalismo. Pero la palabra dá en el blanco de la opinión pública. En Brasil, donde el pueblo ha votado por el cambio, el Sr. Luiz Inácio Lula da Silva ha tenido que comprometerse a respetar los acuerdos firmados entre su predecesor y el FMI, asegurando los pagos de la deuda externa y la continuación del ajuste estructural. En esas condiciones, hará falta mucha voluntad y sabiduría para aumentar el gasto social, si es que pudiera hacerlo. Entre el 18 y 28 de marzo últimos, varias centenas de paramilitares colombianos han penetrado en Venezuela. Después de asesinar a nueve campesinos colombianos (refugiados) y venezolanos, quemaron tres escuelas y han provocado el éxodo forzado de 1500 personas en las zonas montañosas de los alrededores. Todo repetido igualmente como en otros lugares: no se puede dejar de pensar en la ubicación de bases de los "contras" que atacaron la Nicaragua sandinista desde Honduras. Democracia... ¿Han dicho ustedes democracia? Tomado y traducido de la revista bimestral "Manière de voir", correspondiente a junio/julio de 2003, por Roberto Vindas. Esta revista contiene artículos que han sido o no publicados en Le Monde Diplomatique y es editada por el mismo equipo periodístico. El señor Lemoine es Redactor Jefe adjunto. Notas: (1) Pocos días antes, dos aviones habían sido desviados. (2) "Reinicio de las ejecuciones. Un atentado contra los derechos humanos que no se puede justificar", Amnistía Internacional, AMR 25/014/2003, París, 14 de abril de 2003. (3) El País, Madrid, 12 de abril de 2003 (4) "Desigualdad ante la muerte. Es hora de poner fin a las ejecuciones", Amnistía Internacional, AMR 51/057/2003, 24 de abril de 2003 (5) Un gran número son periodistas independientes y los promotores del proyecto Varela -una campaña que ha recogido 11000 firmas para exigir democracia. (6) Conferencia de prensa, La Habana, 9 de abril de 2003 (7) Martha Cecilia Ruiz, "Alca, deuda externa y militarización", Alai-Amlatina, Quito, 30 de octubre de 2002. (8) Cambio, Madrid, 20 de enero de 2003. (9) Ver Emir Sader, "Año crucial para la izquierda latino- americana", Le Monde Diplomatique, febrero de 2003.
https://www.alainet.org/es/active/3856
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