Pierde legitimidad servicio militar obligatorio

12/05/1998
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Asunción.- Las presiones del Partido Colorado de aplazar las elecciones no surtieron efecto y este 10 de mayo los paraguayos concurrirán a elegir presidente y vicepresidente de la República. La última novedad es que los candidatos opositores, Domingo Laíno y Carlos Filizzola, mantienen una leve ventaja (entre el 2 y 3%) sobre el candidato colorado Raúl Cubas, aunque el resultado es impredecible pues los indecisos (un 8%) podrían inclinar la balanza hacia uno u otro lado. En medio del proceso electoral, uno de los temas que figuró en la agenda fue el de la objeción de conciencia y el futuro del Servicio Militar Obligatorio, y precisamente a este tema se refiere Hugo Valiente, del Servicio Paz y Justicia, SERPAJ, de Paraguay. El aumento exponencial de los objetores de conciencia genera un problema logístico a las Fuerzas Armadas paraguayas, que se ven obligadas a implementar campañas para revertir la crisis de legitimidad del servicio militar En medio de un panorama desalentador signado por la indefinición en el calendario político de la transición, el escepticismo electoral y una aguda recesión económica, continúa creciendo el número de objetores de conciencia al servicio militar. Así, en promedio, este año se presentan 32 objetores por día, en relación a la media de 14 objetores por día en 1997 y de 6 por día en 1996. El número actual acumulado de objetores es de 12.156, lo cual indica la crisis de legitimidad del Servicio Militar Obligatorio (SMO) en la sociedad. Militares en apuros Este crecimiento no previsto en las FFAA causó problemas logísticos que obligaron a reducir el número de efectivos de tropa en un 15.5%, de 15.510 a 13.100 soldados (según el Ministro de Defensa, se debió a simples ajustes presupuestarios). Ya en 1996 se habían visto obligados a reducir la tropa de 16.80O a 14 mil (un 16.6%), y en abril de ese mismo debieron recurrir a la ampliación el período de inscripción para el SMO por un mes más, ante la merma de jóvenes que se presentaban a enrolarse. Para este año ya previeron una campaña a desarrollarse en diversos frentes, de modo de revertir la crisis en el enrolamiento y volver más atractivo el SMO. El 7 de enero, funcionarios civiles de la Dirección de Reclutamiento (DISERMOV) empezaron a recorrer empresas públicas y entidades estatales solicitando la libreta de baja como requisito para trabajar, hecho inédito hasta ahora, que generó no pocas molestias en el sector. El 2 de febrero, la DISERMOV presentó un plan de enrolamiento consistente en notificar en sus domicilios a los jóvenes en edad de hacer el SMO, con un plazo de 15 días para presentarse en la unidad de reclutamiento de su zona. Todo esto obedecía, según el director de la DISERMOV Gral. Brig. Antonio Pozzo, a un cambio que dejaba de lado el método represivo por un método persuasivo, anunciando que ya no iba a recurrirse al reclutamiento forzoso. La andanada continuó con un comunicado del Gral. Pozzo donde informaba que sin la libreta del SMO no se podría votar en las elecciones generales del 10 de mayo. El hecho generó desmentidos y críticas de diversos sectores políticos afectados, y del propio titular de la Justicia Electoral, no sólo por la improcedencia de las afirmaciones de Pozzo sino por las eventuales consecuencias que podría acarrear en los partidos políticos una merma en el voto joven. No satisfecho, el Gral. Pozzo emitió otro comunicado el 22 de febrero, afirmando que el único documento legal que ellos respetarían era la baja otorgada por su unidad y que las constancias de los objetores no tenían validez alguna. Paralelamente, y dando la apariencia de una cierta coordinación, diputados -de la oposición inclusive- secundaron las afirmaciones de Pozzo, lo cual generó otra secuencia de desmentidos y críticas, esta vez por parte del Movimiento de Objeción de Conciencia (MOC). En la agenda electoral Los partidos ya están en plena campaña proselitista y temas como la objeción y el futuro del Servicio Militar Obligatorio (SMO) figuran en la agenda de los candidatos. Domingo Laíno, presidenciable por la Alianza Democrática, que reúne a los dos principales partidos de oposición, manifestó en un discurso que de ser electo será un Comandante en Jefe en serio, y no permitirá que ningún joven sea llevado por la fuerza al SMO. El candidato a vicepresidente, Carlos Filizzola, por su parte, dijo que era intención suya incluir como punto del programa del gobierno de la Alianza el servicio militar voluntario. El 23 de enero, la juventud de los partidos que componen la Alianza se comprometió a incorporar en los programas de gobierno de la coalición opositora la propuesta de abolición del SMO, impulsada por el MOC. Posteriormente, Laíno anunció que la propuesta del MOC de abolir el SMO es muy razonable y tiene fundamentos, atendiendo que es impracticable una guerra tradicional con los vecinos, lo que obligaba al reestudio de las metas y objetivos de la milicia. El 9 de febrero, el MOC entregó el pedido de abolición del SMO a los candidatos de la Alianza, los que se comprometieron a llevarlo a las instancias partidarias correspondientes. Sin embargo, en el programa finalmente presentado al público, la Alianza propone que el servicio militar obligatorio debe ser mantenido, aunque con mejores condiciones y mayores garantías para la seguridad de los conscriptos, previendo la posibilidad de una eventual reducción de la cantidad de efectivos. En el área de la Defensa Nacional, se propone ajustar a las Fuerzas Armadas en su organización y efectivos a un modelo de mayor agilidad, de carácter apartidario y subordinado al poder político democrático. Asimismo definir una política de defensa congruente con la misión constitucional de las Fuerzas Armadas y con el marco de integración regional, con mayor énfasis frente a las hipotéticas agresiones de actividades delictivas internacionales. Parlamentarios se sensibilizan No obstante, el MOC sigue adelante con su campaña de incorporar la abolición del SMO en el discurso electoral partidario, enfocando su énfasis en el sector parlamentario. Algunos diputados ya tienen como propuesta personal la abolición del SMO, vía enmienda constitucional y referéndum, como es el caso del actual diputado y candidato a la próxima legislatura, Ramírez Montalbetti, que sostiene que la cantidad de objetores de conciencia que ya existen señala lo poco atractivo que tiene el servicio militar hoy entre nuestros jóvenes. Por eso, el parlamentario se ha pronunciado sobre el servicio militar optativo como una manera de preservar las instituciones militares del país, porque con este sistema actual es evidente que en muy poco tiempo el Ejército no va a tener más jóvenes que quieran prestar el SMO. Propuestas así demuestran que la estrategia utilizada hasta el momento, de elevar los costos políticos del SMO, de modo que llegue un momento en que sea más rentable -políticamente hablando- abolirlo que mantenerlo, ya está teniendo sus repercusiones. La estrategia del MOC de trabajar sobre el discurso electoral no radica en la esperanza ingenua que las dudosas promesas se cumplan, sino se enmarca en la línea de obtener más legitimidad previendo una mayor radicalización en el rechazo a la conscripción obligatoria en el futuro cercano. Tratamiento legislativo La Ley 1.145, que reglamenta la objeción de conciencia, sancionada por el Congreso el año pasado había sido vetada totalmente por el Poder Ejecutivo a finales de 1997. El 17 marzo, la Cámara de Diputados trató en sesión el veto, debiendo pronunciarse por la aceptación o el rechazo al mismo. A pesar de varios intentos, el pleno de la Cámara no pudo reunir los votos necesarios para rechazar el veto y el proyecto fue enviado al archivo. Recién en la próxima legislatura podría presentarse otro proyecto sobre el mismo tema.
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